Los Sarcófagos de Karajía, o Carajía, son un conjunto de sarcófagos o ataúdes según la tradición funeraria de los chachapoyas, de hasta 2,50 m de alto con formas humanas. Fueron encontrados en el barranco de Karajía en el distrito de Luya del Departamento de Amazonas, Perú) en 1985 por el arqueólogo peruano Federico Kauffmann Doig gracias a las referencias proporcionadas por Carlos Torres Mas.
La costumbre de los chachapoyas de usar sarcófagos para enterrar a sus muertos, ataúdes cuya forma sigue el contorno de la figura humana, fue mencionada en el Mercurio Peruano en 1791. Esto llamó la atención de Louis Langlois (1939) y de los arqueólogos Henry y Paule Reichlen (1950). Después de ellos, esta particularidad de funeraria recibió poca atención de los estudiosos. Una expedición conducida por Federico Kauffmann Doig, en 1985, logró localizar, en el sitio de Karajía, el más importante grupo de sarcófagos hasta entonces conocido, el cual permanecía intacto.